Una de las decisiones más importantes y difíciles de tomar es el regresar o no a una relación de pareja que ya se ha dado por terminada, sean cuales sean los motivos de la ruptura.
Y desde lo aprendido de lo vivido, puedo sugerir vuelta cuando:
- hay un proyecto en común, que incluye a la pareja como tal (que no sean los hijos el motivo central para unirse)
- las voluntades se unen con las sensibilidades para pedir ayuda para superar los problemas de fondo que llevaron al quiebre
- existe el amor suficiente al otro para quererlo con todo lo que realmente es, con lo humano y lo divino
- cuando hay suficiente autoconocimiento para saber quién se es y cómo se quiere la vida de aquí para adelante.
- se posee capacidad para poner límites o hay disposición para aprenderlo paso a paso.
Y cuando creo que es mejor no volver por ahora?
- se ha tenido recientemente un nuevo fracaso amoroso y el ánimo anda por los suelos.
- se siente sobrepasado(a) con las tareas del hogar, con la crianza de los hijos o con las cuentas impagas.
- se hace por el otro, porque le da pena, o por desesperanza aprendida en hombres o mujeres, según sea el caso.
- se busca el sentido de la vida perdido en lo conocido, en repetir lo mismo en lugar de atreverse a ver qué hay más allá del visillo de la ventana.
- si le corroe un maquiavélico ánimo de venganza, aquel deseo de que el otro sufra lo que usted sufrió…. todo mal.
Y mientras tanto lo piensa y analiza, tómese su tiempo, con calma, es su vida la que está en juego, su despertad y su dormir merecen que tenga paz y ande contento. Con todo respeto, le sugiero:
- hable con un buen terapeuta, el cura de su pueblo, su mejor amigo(a), aquel que le dice todo pan, pan, vino, vino, en fin, con alguien que merezca su confianza, pero que sea sincero y honesto para decirle con cariño el lado B de la relación que usted tenía.
- salga, tome aire, pregúntese si le gusta el cine, el teatro, etc. y asista a espectáculos masivos, vaya a lugares donde también se reúnen personas en su misma situación y converse.
- prepárese algo rico sólo para usted, elija con amor los ingredientes, cocine con calma, piense en lo que está haciendo con sus manos, pruebe y goce lo rico que le quedó…
- estudie o trabaje, sé que los tiempos no son simples, pero puede aprovechar de aprender alguna actividad manual para la que nunca tuvo tiempo, mueva su cuerpo…
- todos los días haga algo para usted, descubra y camine los pasos necesarios para cumplir sus sueños, para ser más feliz y mirarse al espejo sonriendo.
- hable con los amigos de hace mil años, pregunte cómo lo veían y cómo le ven hoy, chequee consigo mismo si usted siente que se mostraba a los otros como realmente era y compare lo que en el presente es, aprenda a escuchar y a abrirse en nuevas relaciones.
- sea voluntario de alguna de las tantas instituciones que necesitan manos y mentes dispuestas a colaborar con otros, mire a su alrededor y emplee sus recursos personales (y si no los conoce, vaya a terapia)
•La idea es que al final del proceso, pueda mirar al otro y de verdad elegirlo o dejarlo ir en paz, con afecto.